Repensando la educación en el hogar.

Fotografía by Polvorilla. Mural pintado por El Niño de las Pinturas

¿Quién no ha soñado alguna vez en la infancia con vivir como Pippi Calzasargas? Elegir libremente a qué dedicar tu tiempo, cómo vivir y qué actividades experimentar.

En nuestro imaginario colectivo existen entrañables referentes de la educación en casa, que no es nada nuevo. Heidi corriendo descalza por las laderas de los Alpes, aprendiendo de su abuelo a ordeñar cabras, a hacer quesos, a tallar la madera y otras acciones necesarias para la supervivencia en su medio.
Una de las consecuencias del Covid19 ha sido la desescolarización a nivel mundial.

Cierto es que no es lo mismo esta opción cuando ha sido elegida libremente y de forma consciente y responsable, que cuando te ha venido impuesta.

Pero nos guste o no, como familias, ahora mismo esto es lo que hay. Y desde luego tenemos muchas maneras de enfrentarnos a ello. Si bien la ausencia de libertad para salir al exterior es una pérdida terrible, el hecho de pasar tiempo juntos en casa puede ser una gran oportunidad, y sobre este tema nos gustaría ahondar.

Muchas familias del mundo, han elegido por voluntad propia no delegar la educación de sus hij@s en ninguna institución, y plantean desde el hogar diversas opciones para el aprendizaje: A través de actividades en familia o en solitario, en casa o en el exterior, compartiendo con otras familias, mediante excursiones, interactuando con su entorno o viajando. Hay quienes desarrollan un plan de estudio y quiénes confían en el interés de las criaturas como motor de su aprendizaje. Homeschooling, unschooling, worldschooling… Existen tantas opciones como familias.

De hecho, en bastantes países del mundo, la elección de educar en familia está legalmente reconocida y protegida. Es el caso de Portugal, Francia, Reino Unido, Dinamarca, Rusia o Estados Unidos, por citar algunos, aunque hay más de 30 países que amparan está modalidad educativa con sus variantes kegalest específicas o restricciones concretas.

En el momento presente, en todos los países afectados por el Coronavirus, los centros educativos han cerrado sus puertas y nos vemos obligados a permanecer en casa con nuestros retoños. Y sin haberlo planeado, en la mayoría de los casos, nos toca encontrar el mejor camino para enfrentarnos a esta situación novedosa. Novedosa y compleja, porque es indiscutible que las personas necesitamos salir al aire libre. Y sobre todo los niños, que están en una etapa que requiere movimiento, interactuar con otros niños y espacios abiertos para desahogarse.

Pero aún con todas las limitaciones de un encierro, los seres humanos estamos diseñados para adaptarnos a las situaciones más hostiles. Incluso tenemos la capacidad de aprender de ellas, y más aún: de disfrutarlas.

Podemos convertir esto en una tiranía casera con más deberes y obligaciones, tareas inacabables y órdenes que nos enfrenten… O tirar el látigo, respirar profundo y asumir que estamos en el mismo equipo. Que de algún modo, para nuestros hijos, esto es lo mejor que les ha podido pasar; pese a todo; puesto que han conseguido lo que siempre anhelaron: pasar tiempo con su familia. Y solo de nosotros depende que sea un tiempo de calidad.

Un tiempo de compartir de verdad: Ideas, juegos, risas, y también emociones extremas, porqué no; y ratos de aburrimiento, y de tristeza, y de locura colectiva; de ideas descabelladas, de lecturas tranquilas, o en voz alta; de pelis con palomitas, de inventar y crear… O de sacar la rabia y llorar juntas. Tiempo, sobre todo, de dejar a un lado los discursos, el plan de ruta, los horarios y el control.

Tiempo para escuchar. Para aprender a escuchar/nos de verdad.

Educar en familia en cuarentena.

Existen muchas herramientas a nuestro alrededor para apoyarnos en esta tarea de acompañar a nuestros hijos a tiempo completo desde el hogar. Para participar de manera activa en sus procesos de aprendizaje.

No importa si tu casa dista mucho de los cálidos ambientes Montessori que has visto hasta ahora. No importa que carezcas de materiales estructurados, formación específica o el espacio ideal.

Con lo que somos y lo que tenemos podemos conseguirlo todo, porque lo más importante si está en nuestras manos: Respeto, observación y escucha. Y la imaginación al poder!

En esta tarea desde la Organización Montessori Canela Internacional (OMCI) queremos servirte de apoyo con todas las herramientas a nuestro alcance. Por eso esta semana en nuestra Aula Virtual lanzamos el Curso “Educar en de familia durante la cuarentena”, con Marco Zagal.

Como muchos sabéis, Marco, además de ser padre de cuatro personitas maravillosas, es creador y director de OMCI y también director de la misma. Terapeuta Gestalt, formador de formadores, asesor de proyectos educativos en diversos lugares de España, Colombia o Perú… Siempre con la perspectiva de un modelo educativo que aúna la neurociencia cognitiva, la educación Montessori y el enfoque Gestalt de la psicología humanista.

El curso “Educar en familia durante la cuarentena” estará disponible a partir del martes 28 de abril a las 19:00 (hora de España peninsular). Y podrás disfrutar de todos sus contenidos durante una semana.

Ahora nuestras hijas tienen la oportunidad de ser un poquito Pippi Calzasargas y a la vez disfrutar de su familia. ¿Porque no gozarlo juntos? Mañana no hay que madrugar…